PELOTA NUMERO TRES
Recorriendo mi viejo barrio
A lo don Julio llegué,
Buscando algunos diarios
Y con mucha dedicación,
Ocupado lo encontré
Ordenando su galpón.
Entre libros y revistas viejas
Ya lista para el descarte,
Te había dejado aparte
Y con tu siclo cumplido, tal vez
Eras parte del olvido,
De nuestra linda niñez.
Al verte me emocioné
Por los momentos vividos,
Cuando Daniel, con un silbido
Nos juntaba despacito
Y en la cancha de paleta
Se armaba un picadito.
El, se elegía a los mejores:
Yo, Niqui, Cuqui, Tino, Chiva…
Y a otros jugadores,
Que hoy, ya no los recuerdo,
Con el resto, jugaba el que iba
Y afuera se quedaba el más lerdo.
Me dio pena que te fueras
Por tantos momentos gratos
Y pensando en que alguien pudiera
Arreglar tus cascos ajados,
Te llevé a lo de un vecino
Y del trabajo, quedó encargado.
Horacio, amigo y zapatero,
Fue el que tu cuero cosió
A tu cuerpo le dio brillo
Y con mucha prolijidad,
Lo pintó de azul y amarillo,
Su color original.
Hoy te tengo entre mis manos
Como a un niño te cobijo
Y te entrego a mi hijo
Como don Julio quería,
Para que luzcas algún día
Ya, en un lugar fijo.
Cuarenta años pasaron
De recuerdos de la niñez
Y en una repisa te exhibe,
Para que estés presente otra vez,
Sos una herencia de pibes,
Añosa y querida… pelota número tres.
EDUARDO CARDOSO.